Falta de eficacia y resistencia de varroa a los tratamientos

¿Son sinónimos “la falta de eficacia” y la aparición de una “resistencia” a un tratamiento contra varroa? Miguel Ángel nos explica estos dos controvertidos aspectos del tratamiento frente a varroa.

¿Son sinónimos “la falta de eficacia” y la aparición de una “resistencia” a un tratamiento contra varroa?


Cuando decimos que un tratamiento no ha sido eficaz, nos referimos a que el resultado obtenido ha sido inferior al que podíamos esperar.

Para poder evaluar la falta de eficacia de un tratamiento, es necesario que utilicemos siempre el producto siguiendo la ficha técnica y las instrucciones del fabricante.

No es correcto evaluar la eficacia de un tratamiento si… 

  • Procedemos a utilizar una dosis inferior a la recomendada por el fabricante
  • Realizamos aplicaciones incorrectas (como el uso del ácido oxálico en presencia de cría)
  • Evaluamos el éxito de un tratamiento antes de terminarlo (como en la retirada prematura de las tiras)
  • No realizamos monitorización pre- y post-tratamiento para muestrear los niveles de infestación de nuestras colmenas
  • O empleamos rutinas fijas de trabajo, sin adaptar el calendario anual de tratamientos a la estación climática de nuestros colmenares.

Factores que afectan a la eficacia de un tratamiento


Además, sabemos que son muchos los factores, en ocasiones difíciles de controlar, que pueden influir en el nivel de eficacia obtenido tras la aplicación de un tratamiento legal para el control de varroa en un colmenar, entre los que cabría citar…

  • La presencia de cría obrera y de zángano en el momento de aplicación del tratamiento
  • El vigor de la colmena
  • La deriva, el pillaje o la enjambrazón
  • Las condiciones climáticas en el apiario
  • El manejo apícola
  • El flujo de néctar
  • El tipo de abeja
  • La densidad de colmenas en la zona
  • Y la re-infestación, en ocasiones relacionados con cortos periodos de tratamiento.

Aplicación correcta de los tratamientos


Idealmente, la aplicación de los tratamientos debería realizarse bajo la supervisión del veterinario de la explotación apícola (Agrupación de Defensa Sanitaria o Asociación de Apicultores) dentro de un programa de control integral de la varroosis específico para cada explotación, y teniendo en consideración las condiciones climáticas de la región, y los tratamientos aplicados en la zona.

Este programa debería incluir tanto la aplicación de tratamientos varroicidas como el uso de métodos de manejo apícola, como recoge la guía técnica para la lucha y control de la varroosis y uso responsable de medicamentos veterinarios contra la varroa emitida por el MAPA (Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) el pasado mes de septiembre de 2019. 

Sin embargo, en ocasiones pasamos por alto esta información, y asociamos erróneamente el término “falta de eficacia” de un tratamiento para el control de varroa con el de “resistencia” al principio activo de ese tratamiento. 

Para la aparición de resistencias se requiere, por una parte, del contacto permanente con la sustancia activa (“un químico” o “un pesticida”) y, por otra parte, de la selección de rasgos heredables, es decir, que se produzcan cambios en el genoma del parásito que sean capaces de transmitirse de una generación a su progenie. 

Es necesario que el producto esté en contacto de forma continua y repetida, para que pueda producirse una presión selectiva que conduzca a una situación de resistencia. El empleo de productos no aprobados por las Agencias de Medicamentos o el uso de los tratamientos dentro de las colmenas durante más tiempo del recomendado por el fabricante, puede facilitar este hecho.

Podemos decir que la falta de eficacia de un tratamiento legal, que ha sido aplicado correctamente y a una dosis estándar, es un primer indicador de la posible aparición de una resistencia, pero la falta de eficacia no es, en la mayoría de las ocasiones, sinónimo de una resistencia al tratamiento, sino de una inadecuada praxis o el resultado de factores de difícil control, como hemos comentado anteriormente. 

Dada la situación actual del sector, creo que sería positivo reflexionar sobre las acciones a realizar para conservar los niveles de eficacia de los tratamientos actuales contra varroa y minimizar la aparición de resistencias.

Acciones recomendadas para minimizar la aparición de resistencias a los tratamientos contra varroa


El manejo integral y el seguimiento de las instrucciones y ficha técnica de los productos optimiza la eficacia de los tratamientos para el control de varroa.

El manejo integral de las colmenas debería incluir el uso de reinas jóvenes, el empleo de buenos materiales y buenas prácticas, una alimentación adecuada y un buen estado sanitario.

Los principales factores en el éxito en la lucha integrada son: 
  • El desarrollo de un programa de control integral frente a la varroosis de la explotación, en combinación con el uso de métodos zootécnicos de manejo. 
  • El aprovechamiento de los periodos de ausencia de cría para realizar los tratamientos y mejorar así su eficacia. Esta ausencia de cría puede producirse de forma natural (por temperaturas muy bajas o muy elevadas, o en épocas de formación de enjambres) o bien forzada (cuando se considere apropiado).
  • La realización de seguimientos de los niveles de infestación a lo largo de la campaña apícola y, sólo en caso necesario, la aplicación de tratamientos. Es aconsejable llevar a cabo, al menos, tres valoraciones anuales: una al inicio de la primavera, otra tras las floraciones y una última antes de la invernada. También resulta necesario realizar controles para valorar la eficacia de los tratamientos que se emplean (pre- y post-tratamiento). Un nivel bajo de ácaros no necesitará de actuación alguna, niveles intermedios requerirán intervenciones moderadas y un nivel alto requiere acciones rápidas y efectivas. Debemos tratar todas las colmenas del apiario a la vez, pero sólo si es necesario, de acuerdo a la monitorización realizada.
  • Un plan de formación al apicultor para ayudarle a reconocer los signos clínicos de la varroosis, llevar a cabo los seguimientos para evaluar las tasas de infestación y realizar un buen uso de los tratamientos autorizados disponibles. En este sentido, el papel del veterinario de explotación apícola resulta esencial. 
  • El control de la deriva de abejas y el pillaje en colmenas abandonadas. 
  • La selección de colmenas con un elevado comportamiento higiénico.
  • Manejo adecuado de cada explotación. El hábito es nuestro peor enemigo.
Igualmente, otras buenas prácticas que ayudan a reducir la aparición de resistencias son:
  • Evitar la repetición de tratamientos con el mismo principio activo de forma reiterada durante el mismo año apícola. Es importante rotar tratamientos (¡pero con ingredientes activos diferentes!). Apivar, Apitraz y Amicel comparten el mismo principio activo (Amitraz), al igual que el Bayvarol y el Polyvar (Flumetrina), y pertenecen al mismo grupo de piretroides que Apistán (Fluvalinato), lo que facilita las “reacciones cruzadas”.
  • No superar los tiempos indicados por el fabricante en los productos químicos empleados en las colmenas.
  • Evitar la liberación de subdosis o dosis inferiores a las propuestas por el fabricante (colocar menos tiras o menos producto que las indicadas por el fabricante).
  • No realizar un menor número de aplicaciones que el indicado en el prospecto. La no aplicación de los tratamientos completos y la reducción de la dosis conlleva a la generación de resistencia, ya que los ácaros que sobreviven son los que se multiplican en generaciones sucesivas.
  • Evitar la incorrecta dosificación del producto, especialmente en los productos artesanales. Se necesita una dosis adecuada, excipiente apropiado, liberación controlada del producto en el tiempo. En un producto artesanal no se pueden manejar estos factores y se desconoce la contaminación y los residuos que generan en la miel y en la cera. Sólo se valora si “mata” o no varroa. La incorrecta dosificación de un producto autorizado también causa problemas. Hay productos autorizados que no son demasiado efectivos. Un principio activo utilizado en un producto artesanal, afecta el resultado de un producto autorizado en base al mismo principio.
  • No aumentar la dosis de los productos químicos ayuda también a prevenir la aparición de residuos.
  • Y siempre respetar la etiqueta del producto y las instrucciones del fabricante.

Un buen manejo ralentiza la aparición de posibles resistencias a los tratamientos actuales y nos permite mantener los niveles de eficacia de los tratamientos en el tiempo.

Artículo publicado en apis.vet